La Planificación de la carrera laboral es vital para toda persona. No importa ni el sector ni el nivel en el cual se desempeñe, ya que la necesidad humana que hay detrás de ésta es la de crecimiento y desarrollo.
Es dar respuesta al “rediseñar o reinventar" nuestra carrera, y que este rediseño tenga sentido frente a nuevas exigencias del un mercado laboral tan cambiante.
Durante muchos años “otros” se han hecho cargo del plan de desarrollo de carrera, entendiéndose como tal aquel esfuerzo concertado y coordinado entre individuo y organización o estructura social, para que éste pueda desarrollarse y avanzar a lo largo de su ciclo de vida y por otra parte, el “afuera” manteniendo su efectividad y crecimiento.
Pero las reglas del mercado, que no tiene fronteras, han cambiado. Hoy es el profesional el que debe hacerse cargo de su propia carrera, de sus propios trayectos laborales, asumiendo un proceso individual que le permita tomar conciencia de sí mismo, sus oportunidades, sus restricciones, elecciones y consecuencias, identificando metas relacionadas a la carrera y así programar su trabajo, su formación que deberá ser continua, para otorgar dirección, tiempo y pasos secuenciales a estas metas.
Por lo tanto, la gestión de carrera es un proceso continuo de preparación, implementación y monitoreo de planes de carrera iniciados por el individuo solo o en concertación con los sistemas de desarrollo de carrera de las organizaciones en general.
Desde la Fundación Arturo Irarrázaval Correa creemos que la vida y el desarrollo del individuo, si bien se da en diversos planos, éstos son interdependientes y el mejor ejemplo de ello son los diversos escenarios y trayectos que se suceden e incluso se mezclan en el devenir del tiempo.

Desde la perspectiva de la carrera hay tres aspectos relevantes para el individuo, especialmente aplicables al desarrollo de carreras:
- El grado de positivismo con que se enfrentan los altos y bajos de carrera, es decir, que resistentes somos a barreras y dificultades que afectan el trabajo generado por cambios en los ambientes laborales como cierre, compra o fusión de empresas. O la reconversión, ampliación o reingeniería de sus procesos, cada vez más frecuente, que afecta las expectativas de carrera.
- La forma en que equilibramos el trabajo con otros aspectos de la vida (familia, estudios, ocio, etc) es también un elemento relevante. Los individuos altamente resilentes son capaces de tomar mayores riesgos, saben cuándo y cómo cooperar con los demás y cuándo actuar independientemente; progresar y avanzar sorteando obstáculos, equilibrando su trabajo con los otros roles vitales.
- El realismo con que enfrentan su carrera y de qué forma relacionan sus percepciones sobre sí mismos y sus metas de carrera, con sus aspiraciones respecto a recompensas y beneficios; búsqueda de retroalimentación, autoconocimiento y capacidad para capitalizar sus fortalezas y sobreponerse a debilidades con metas claras de carrera. Un aspecto adicional tiene que ver con la “identidad” que el individuo desarrolla con el trabajo que realiza y esto lo define como persona.
Uno de los aspectos más desafiantes del manejo de carrera, desde la perspectiva del individuo en la vida moderna, es equilibrar el proyecto de vida que cada uno decide construir y la carrera laboral a transitar, de ahí que lo importante es poder armar estrategias en donde se encuentren alineados ambos aspectos.
Por eso, es necesaria una autoevaluación o evaluación constante y “asistida” para desarrollar “foco de carrera” y no dejar esa tarea a cargo del azar. El conocimiento, la información y la toma de conciencia sobre los roles y sus equilibrios en el ciclo vital; sobre los síntomas y peligros de la crisis y quiebres, así como la forma de sortearlos; sobre las orientaciones y habilidades predominantes en la persona, así como sus anclas de carrera, son claves en el desarrollo de una carrera exitosa donde la carrera depende cada vez más del individuo y menos de la acción de la organización que no la puede garantizar.
Pensar en nuestra carrera, tratar de reinventarnos, es tener un lugar en el mercado, pero debemos prepararnos para ello, armar nuestro propio plan, en donde seguramente jugará como variable importante nuestra experiencia pero por otra lado, saber reconocer que necesitan hoy las organizaciones de mi perfil, que nuevas competencias puedo yo aportar, y que habilidades me hacen “empleable” frente a nuevos escenarios.
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